jueves, noviembre 30, 2006
domingo, noviembre 12, 2006
¿QUIEN ESTARA PRESENTE?
No recuerdo exactamente la fecha en la que falleció mi tío, pero ese Septiembre cumplía dos años de haber llegado a vivir con nosotros por causa de su ceguera, esperando que con los cuidados de la familia de la que tanto renegó y los contactos de mi papá, pudiera recobrarla. Después de dos médicos, varios viajes a Cd. Victoria, una cirugía de retina y otra mas para retirarle una catarata, perdió la vista por completo.
Tiempo después mi hermana y yo lo encontramos una noche tirado en el piso sobre un charco de sangre; pensamos que se había caído y golpeado la cabeza. Al poco rato descubrimos que en realidad era sangre que vomitó. Una ulcera gástrica seguramente, pensó mi papá. Un tumor señalaron los estudios. Una semana. Eso fue lo que el tumor le otorgó para despedirse. Los médicos no lograron detener el sangrado y murió la madrugada del día que sería operado.
-¿que pasó?
-Falleció mi papá
-No me digas eso, mi más sentido pésame - dije mientras lo abrazaba
-Gracias
-Realmente no estaba enterado, vine con mi mamá a hacer una liquidación porque hace poco falleció un tío y te vengo encontrando.
En el funeral de mi padre, ya tarde, cerca de la 1 por la madrugada, todos se habían ido. Solo algunos miembros de la familia quedábamos. Poco a poco fueron quedándose dormidos en los muebles de la sala funeraria. De pronto solo yo estaba despierto, frente a la caja mortuoria, viendo a mi padre muerto. Súbitamente me invadió un insoportable sentimiento de soledad que hacia mucho no sentía, puse mis manos entre mis cabellos y coloque mi cabeza sobre el ataúd y comencé a llorar. Sentí la presencia de alguien a mis espaldas pero lo ignore y seguí llorando. Ya mas tranquilo me di vuelta y efectivamente estaba alguien. Era Alejandro, que hacia 20 años no sabia de él, justamente el día que enterraron a su padre.
No puedo evitar sentirme realmente mal al ver la esquela en el periódico. Desconozco la causa de su fallecimiento, no conocí nunca a su esposa, mucho menos a sus hijos, ni siquiera cuando lo acompañe en el funeral de su padre me acerque a su familia. Así que no se con quien debo dirigirme para dar el pésame. No se si tiene algún sentido que asista al funeral. Aun así, lo hago.
viernes, noviembre 10, 2006
COMPAÑERO PERIODISTA
Juan Villoro
Compañero periodista jajaj
miércoles, noviembre 08, 2006
CALENDARIO AZTECA CON SOUNDTRACK DE ROCK
Justo en el centro de la sala, Liliana Blum, un poco mas adelante de ella, Sara Uribe, ambas escritoras locales, y otros personajes que participaron ayer en el evento.
Ayer conversé con Tania, vieja amiga y hoy nos vimos de nuevo.
Al final, cafe, una galleta y regresar al auditorio para buscar a Juan Villoro para que autografiara el libro Tiempo Transcurrido, que lo dedico justo como el titulo de este post.
-¿Cuanto tiempo va a estar aqui maestro?
-Hasta el sabado.
-¿Que posibilidades hay de que lo entreviste para una revista electronica
-Claro que si con mucho gusto
-¿Cuando lo puedo ver?
-¿Que prefieres? ¿que nos veamos o mandarme las preguntas por correo?
-Definitivamente vernos, eso le daria mas caché a la revista al tomarle fotografias
-¡Ah la foto!, ¿Cuanto tiempo duraria? ¿una media hora?
-Si, aproximadamente, tampoco lo quiero agobiar
-¿Que te parece el viernes a las 12:30?
-Esta excelente maestro
-Bueno, estoy en el hotel...habitación... cuando llegues marcame y nos vemos en el lobby
-Correcto maestro, muchas gracias, hasta luego
-Hasta luego y estamos en eso.
Al igual que ayer, perdí la mirada entre el publico, pero no estaba.
martes, noviembre 07, 2006
¿Donde estan los Vikingos?
Justo enfrente de mí, Victor Manuel Mendiola, escritor tamaulipeco y uno de los organizadores del festival. Varios lugares hacia la izquierda, en otro grupo de asientos, Juan Villoro, que se presentara proximamente en el festival, y que hoy, presentaba su ultimo libro en el metro, justo a la mitad de las lecturas del día de hoy. Mala idea. Unos asientos atras de Villoro, Jose Luis Cuevas abrazando a su esposa.
Me gustó tambien un cubano de nombre Orlando Gonzalez Esteva, quien leyo unos poemas que pretendian ser, segun sus propias palabras, Poemas Haiku en lengua española. Aunque el que parece que se llevó las palmas fue el tampiqueño Martín Solares, que leyo unos fragmentos de su novela "Los minutos negros", entretenida y con buen ritmo, muy mexicana en su lenguaje y ubicada en el paradisiaco puerto de tampico. Por cierto, como anecdota, Solares confesó estar aterrado pues nunca habia leido en publico. Y se le notaba nervioso incluso hasta para dar vuelta a las hojas, pero leyo bastante bien.
Tenia la esperanza de poder verla . Busque varias veces con la mirada entre el publico, pero no estaba.