sábado, agosto 15, 2009

Pinchis gringos

Dialogo ficticio (pero no por ello improbable) entre dos aficionados mexicanos al futbol que asistieron al Estadio Azteca a ver el juego México-EU.

-Pinchis gringos, se la dejamos ir todita, desde que abucheamos su himno les dio miedito...

-A huevo, pa´que aprendan a respetar...

-Vamos a cenar...

-Orale, va. ¿como a donde?

-¿Te late Burguer King?

-Me late...

-Aqui esta mi Ford Ka...

-Deja hago una llamada por celular

-Que bonito esta tu motorola

-Gracias, a la orden, tu playera Abercrombie también esta bien chida...

-Gracias, antes de ir por las burguers, deja paso a Wal-Mart a comprar algo que me encargó mi jefa...

-sale.

Ya en Burguer King...

-Pues si, como viste el golazo que les metio Castro, chingón, ¿no?

-Chingónsisismo... pa´que se vayan enterando quien es el gigante del área....

-A huevo... que sabrosa esta la whopper.... Es que pinches gringos, ellos se ganan que todo mundo los odie, ya vez que nos robaron la mitad de nuestro territorio....

-Uy si, y lo que le han hecho a Cuba y la guerra en Iraq...

-Ps si... Es más, deja pongo en mi IPod al buen Silvio, pa seguir en la misma sintonia...

miércoles, agosto 05, 2009

Bambú

Para Claudia y Jesús, verdaderos refugiados.

Hace ya muchos años, cuando niño, recuerdo que iba en el auto con mi padre, cuando de repente el exclamó un "aaaay! ya no fui a la famosa!". La Famosa fue un café que se ubicaba en el centro de Cd. Madero y que estuvo ahi durante mucho tiempo. Mi padre solía visitarlo con sus amigos. En esa ocasión se lamentaba, dado que ese sería el ultimo día que el café abría sus puertas, y el deseaba tomarse un último café en el lugar en el que compartió con sus amigos de tendencias socialistas (y supongo que tambien alguno que otro "cerdo capitalista" colado) muchas horas de charlas y planes en pos de cambiar el mundo.

Se que a muchos amigos les provocó un sentimiento similar el cierre del café - bar "El Bambú", lugar de características un tanto alternativas o contraculturales que fue refugio de muchos jóvenes que en Tampico y Cd. Madero deseaban un lugar con el que se identificaran, que representara ese deseo de diferenciarse del resto de los jóvenes.

Este café-bar tuvo un antecedente en otro café que se ubicaba en el centro de Tampico, sobre la calle 20 de noviembre si no mal recuerdo, llamado "Cafebrería La Antigua", que abrió sus puertas más o menos por el año 1996; un lugar pequeño ubicado en un primer piso, el cual tenía una pequeña colección de libros disponibles para cualquier persona que desease acompañar su bebida con una lectura. Este concepto de "café culturoso" fue un tanto novedoso para la zona y como era de esperarse fue mas frecuentado por jóvenes universitarios. Lamentablemente este lugar no duró mucho. Tiempo despues otro café de tendencias similares abrió sus puertas: "El Aguila descalza", pero lamentablemente este también duró poco tiempo abierto.

Tiempo despues que cerrara La Antigua, muy cerca del centro de Cd. Madero abrió sus puertas El Bambú, en un local pequeño y de madera, justo a un lado de una agencia de autos, y que era apenas visible para quien pasara por ahi y no supiera de la existencia de este lugar, y compartía algunas similitudes con La Antigua, principalmente la colección de libros disponible para los visitantes, sin ningún costo, aunque lámentablemente, pasado un tiempo "misteriosamente" algunos libros comenzaron a desaparecer, por lo que fueron retirados. Esta similitud no era gratuita, ya que uno de los fundadores de La Antigua fue quien puso en marcha este nuevo proyecto, y que quienes solíamos visitarlo conociamos simplemente como "Paco". Uno de los sellos distintivos de este café era su decoración: sillones viejos y comodos, mesas que eran baúles, sillas de madera, lámparas peculiares creadas por su dueño y colaboradores, diversas artesanías y cuadros que colgaban de la pared como un calendario azteca y algún poster con mensaje ecologico, que si no mal recuerdo, era parte del llamado "documento del piel roja". Ahi mismo, había una sección donde se vendian dijes, collares y pulseras artesanales. Este pequeño local, al paso de unos pocos años fue ampliado y llegó ocasionalmente a presentar a algúnos musicos locales, como el trovador Fernando Fraustro y algúna que otra banda de rock. Fue también lugar de reunion de muchos jovenes-pretenciosos-pseudointelectuales-aspirantes-a-escritores (;-)), que son ahora recordados por su capacidad de análisis de la lirica de las bandas locales tampiqueñas: "tiene letras".






Creo que la principal razón por la que visitabamos este lugar, (con mis amigos, instituimos durante mucho tiempo el "Jueves de Bambú") fue que nos sentimos completamente libres y cómodos, no había meseros hostigandote para que consumieras más, podías pasar largas horas con una sola bebida sin mayor problema (mi favorita era el té helado de durazno), quienes atendían tarde que temprano terminaban por identificarte y saludarte con familiaridad. Y podías escuchar excelente música, nunca se escuchó algún acorde proveniente del talentoso pop mexicano, obviamente lo que mas se oía era rock y trova. De hecho, era factible que uno llegara con sus discos y solicitara que fueran reproducidos, aunque esto no duro mucho tiempo ya que se empezó a utilizar una rockola, pero que mantuvo el buen gusto por la música.

Poco despues de que yo emigrara para Guadalajara, El Bambú cambió de dirección, y con este cambio vino tambien un poco de desencanto. Durante algún tiempo hubo quien no dejaba de decir: "extraño el viejo Bambú". Era curioso, pues la decoración era exactamente la misma, atendían las mismas personas y la selección de música era la misma, pero la opinión generalizada fue que el primer bambú estaba mas chido. Sin embargo, la gente no dejo de frecuentarlo. En mis visitas a casa, era el punto de reunión con mis amigos. Hasta que finalmente cerró sus puertas.

Es obvio señalar que el impacto que causo su cierre no se debe a que se vayan a extrañar las paredes de dicho lugar. Es algo similar a dejar la universidad, o cambiarse de casa. Son los recuerdos, las experiencias ahi vividas. Y el sentido de pertenencia. Hubo quien al no sentirse a gusto en ningún lugar, irremediablemente iba a tomarse sus cervezas o su café al Bambú, quien se hartaba de la música del vecino o de su familia, iba con toda la seguridad de que en la rockola del Bambú iba a encontrar lo que quería, y que además, con toda calma iba a poder acostarse si así lo deseaba (y encontraba lugar disponible) en alguno de los sillones. Sé que en muchas partes del país este tipo de lugares abundan, pero en Tampico y Cd. Madero El Bambú era único, ya no habrá un lugar en el que los desterrados de sí mismos puedan ir a buscarse, tampoco existe ya un lugar en el que los saturados de si mismos puedan sentir el placer de perderse. No hay más un lugar en el cual simplemente estar. Ya no.

Desconozco las razones por las cuales El Bambú haya cerrado sus puertas, no se que vaya a ser de las cosas que lo decoraron (me encantaría poder quedarme con algo), pero lo que si sé, es que al igual que mi padre exclamara "aaay, ya no fui a la famosa" hace como 20 años, hace unas pocas semanas, más de uno exclamó: Cerraron el Café Bambú, ya no tengo a donde ir.