martes, abril 22, 2008
lunes, abril 14, 2008
Guardian
Y durante mucho tiempo, así fue. El hijo nació y creció sabiendo la importancia de si mismo. Y en diferentes formas y lugares, cumplía bien esa labor. Pero un día alguien, nadie sabe quien, se rebeló, pues diose cuenta de su talento. Y quiso más. Ebrio de si mismo, haciendo uso de eso que le habían regalado, comenzó a crear en forma descontrolada; pronto tuvo miles de seguidores y cada día, persuadiéndolos, hablándoles sobre lo fugaz y banal, recluta mas gente.
Y empezó a construir, destruyendo. Peor aun, construye para si mismo y solo para ese momento. Pasado ese momento, construye algo mas y se olvida del invento anterior. Y lo desecha. Y tantos desechos han cubierto ya las montañas, ensuciado las aguas y asesinado a todo aquello que se supone el deberia cuidar . Pero no le importa pues el quiere mas, no importa que después le sea un estorbo. Porque el sabe que lo tiene.
Su creadora ha esperado mucho tiempo, con la ingenua idea de que se daría cuenta de su error e intentaría reparar el daño. Pero ya comprobó que ha estado equivocada. Y esta muy dolida.
Hay algunos intentando alertarlos sobre lo que se ha estado haciendo, pero actúan mas por desesperación y un poco de nobleza, que por un real amor. Los otros, aquellos que sabían todo sobre ella, esa que los había creado, y que actuaban con el agradecimiento por delante, han sido acallados. O muertos.
Quedan algunos, perdidos, desbalagados, que nadie escucha. Quizá porque no entienden. O peor aun, porque no les importa. Y hay otros que están escondidos, esperando el momento. Amándola aun. Pero ya es demasiado tarde.
sábado, abril 05, 2008
La insoportable levedad del ser
La dedicatoria dice: aquello que nos pasa, le da mayor sentido y vuelve mas hermoso eso que leemos. Cuando decidió regalarle el libro, lo hizo pensando en eso que la vida de Tomas, Teresa, Sabina, Franz y Karenin le habían recordado sobre su relación con ella. Por eso la dedicatoria. Nunca antes un libro le había provocado una impresión similar. Finalmente entendía la absurda idea que antes había escuchado de muchas personas: sentí como si hubiera sido escrito para mi. Y si bien es cierto, la mayor parte de la historia le resultaba lejana, había algunos pasajes que al leerlos no pudo sino evocar su propia circunstancia.